Hace muchos años, llevaba un curso de cocina y uno de los alumnos que estudiaba conmigo tenía una sadnwichería y compartió con todo el grupo un secreto que vale oro: cómo conservar el pan francés por más tiempo, sin que sepa pasado, sin que se ponga duro y que se sienta como recién salido del horno. Hoy te cuento en qué consiste este método, paso a paso. Te será muy útil ahora que no hay pan a disposición por la cuarentena por el Covid-19.

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• Vas a necesitar pan del día, puede ser el clásico pan francés, el de yema, el de mantequilla o el que más te guste. 
• El pan que no consumes, generalmente se desecha o se hace tostadas o budín, pero puedes comerlo fresco al día siguiente si haces esto. 
• Mete el pan en una bolsa de papel, cierra bien y mete la bolsa de papel en otra bolsa (de plástico). 
• Mete el pan en el congelador de tu refrigeradora. (¡Arriba, donde metes el hielo!). 

Este pan me ha durado dos semanas así, aunque puede durar mucho más y no  es que te lo vayas a comer congelado. Cuando quieras comer pan, vas a precalentar tu horno al máximo por unos cinco minutos, luego vas a sacar las piezas de pan y las vas a meter al horno por cinco minutos más a 180°C. En algunos casos pueda que necesite un poco más, va a depender de la potencia del horno y del tamaño de la pieza. Solo haz esto cuando vayas a comer el pan al momento, así que no calientes piezas de más. Cuando lo hagas verás que cada pieza de pan está crujiente, calentita y el interior está blandito. 

Con el pan congelado también salen unos panes al ajo buenísimos, crocantes. Pero esto te lo paso en otra receta. 

Porque en la nevera el pan adquiere humedad, por eso cuando lo calentamos en el horno no pierde esa humedad sino que se evapora y ablando el interior. Así podemos sentir el olor y el sabor de un pan fresco. El truco es no esperar al siguiente día para meter el pan fresco al refrigerador, sino hacerlo el mismo día. Si no tienes bolsa de papel, puedes usar bolsa de plástico, aunque el papel lo conserva mucho mejor.